10 Consejos para facilitar la ruta de escape de situaciones incómodas sin herir los sentimientos de otros

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10 Consejos para facilitar la ruta de escape de situaciones incómodas sin herir los sentimientos de otros

En ocasiones, la vida nos presenta momentos que causan incomodidad o vergüenza, y de los que pareciera no haber escapatoria. Hay veces en que no sabemos qué hacer cuando dos personas nos dan el mismo regalo o incluso qué decir al olvidarnos el nombre de alguien que recién conocemos. Afortunadamente, todo problema cuenta con una solución o, mejor dicho, unos trucos para darles la vuelta a esos momentos que pueden causarnos vergüenza.

Por eso, en Genial.guru investigamos un poco y ahora te presentaremos 10 consejos para que puedas tener una solución inteligente para algunas situaciones incómodas.

1. Busca un espacio para el humor

A veces, empezar o mantener una conversación con alguien que no conocemos puede ser todo un reto. Por eso, si sentimos que se nos agotan los temas podemos optar por usar algo de humor. Puedes contar un chiste o una anécdota graciosa, pero si no te sale decir este tipo de cosas, inspírate en tus alrededores y haz algún comentario positivo sobre algo que hayas observado del ambiente.

Por ejemplo: si estamos en una fiesta en donde no conocemos a algunas personas, para evitar ese silencio incómodo, podemos comentar alguna anécdota graciosa que nos haya ocurrido en un salón de fiestas, algo que pueda dar espacio a una conversación y relajar el ambiente.

2. Abre y lee la tarjeta primero

Cuando recibimos un regalo, puede que nos sintamos nerviosos por pensar que no nos va a gustar y que a su vez no queramos quedar mal parados con quien nos lo entregó. Para eso, una técnica útil es enfocarse en la persona y su intención y no tanto en el objeto en sí.

Un primer paso para dar ese mensaje es abrir la tarjeta y decir en voz alta de quién es el regalo que vas a recibir, leer el texto en voz baja y hacer contacto visual con la persona para agradecerle. También puedes hacer un comentario gentil para indicarle que su gesto fue muy especial.

3. No temas a la ronda de preguntas

Puede que cuando hablemos con alguien que recién estamos conociendo nos quedemos sin nada más que decir. Es importante saber que al no saber casi nada de la persona puede que sintamos la interacción incómoda. Entonces, antes de que cunda el pánico, puedes traer a la mente algunas preguntas abiertas o para profundizar en algún tema que se habló antes. Así podrás mantener la conversación y conocer mucho más sobre el otro.

 

4. Da espacio para que otros hablen

Si recibimos algo inesperado o no nos agrada el regalo, podemos sacarle mayor provecho a la situación dándole la oportunidad a la persona de hablar. Se puede preguntar qué le hizo pensar en hacer ese obsequio. Así tendremos una idea de la intención detrás del objeto.

Por ejemplo, un amigo que no has visto en un largo tiempo llega con un adorno para tu escritorio que no te gusta. Lo que puedes hacer es preguntarle cómo lo eligió. Quizá te comente que una vez te escuchó mencionar que te gustaba un color en particular y por eso escogió ese adorno, porque al ver el tono pensó en ti. Esto te dará la idea del esfuerzo que alguien puso a la hora de escoger un regalo y así te enfocarás en la intención en vez del objeto.

5. Vuelve a presentarte como un profesional

A todos nos ha pasado que se nos olvida el nombre de alguien a quien hemos visto o conocido muy poco. Para evitar la vergüenza de volver a preguntarle cómo se llama, puedes presentarte de nuevo con ella, agregando algo de información acerca del lugar o evento en donde se conocieron. Se puede aprovechar la reacción natural de decir el nombre al presentarnos como ventaja.

Por ejemplo, si estamos en una reunión en la que nos topamos con alguien que conocimos en un evento en particular, podemos saludarlo diciéndole nuestro nombre, mencionar dónde nos vimos y hasta cuándo fue. Lo más probable es que la persona recuerde el suceso y diga su nombre.

6. Evita quedarte con un sencillo agradecimiento

Si bien decir “gracias” es una forma educada de agradecer, hay veces en que no es suficiente, sobre todo cuando nos dan un regalo que no nos gusta. Puedes emplear otras frases que indiquen lo mismo, pero que hagan sentir a la otra persona que aprecias mucho su esmero y la buena intención de hacerte el obsequio, como: “¡Qué lindo detalle, no tenías por qué!”, “¡Qué considerado!”, “De veras lo aprecio”, entre otras expresiones que den la idea de que valoras la intención detrás del gesto, desviando la atención hacia el regalo.

También puedes comentar cosas que te gustan del objeto, ya sea el color, la forma, la marca, etc. Encuentra algo positivo del artículo y menciónalo para así halagar la intención de la persona que te lo dio.

7. Haz el doble de halagos ante un regalo repetido

Por azares del destino, puede ocurrirte que recibas el mismo regalo de parte de dos personas. En estos casos, para evitar que ambas se sientan mal, es ideal destacar el beneficio de tener dos de lo mismo y hacerles saber a ambas que tuvieron muy buen gusto al escogerlo. Esto es en especial para que la segunda persona no sienta vergüenza por haber hecho el mismo regalo.

 

8. Pide que te devuelvan algo con la elegancia de Francia

Siempre que se presta algo está el temor de que nunca nos lo devuelvan. Por eso, en vez de usar comentarios sarcásticos o con ironía que puedan hacer la situación más incómoda de lo que es, es mejor preguntar si la persona ya terminó de usar el objeto o bien mencionarlo casualmente durante una conversación.

9. Pide favores sin crear compromisos

Hay ocasiones en las cuales pedir favores puede ser un dolor de cabeza, porque no queremos sonar a que estamos hablándole a alguien solo para pedirle algo. Una de las cosas que debemos tener en mente es que podemos ser rechazados, por lo que no hay que tomarlo a mal. Otra cosa para tomar en cuenta es evitar apelar a un sentido de deuda, es decir, si esa persona nos hace constantes favores, no debemos hacerle sentir que nos debe algo.

Sin embargo, lo más importante es ser directos y respetuosos y no darle tantas vueltas al asunto, porque podemos marear a la persona, lo que llevará a que no entienda qué es lo que necesitamos. Por ejemplo, si olvidamos algo importante en la oficina y sabemos que hay alguien allí que puede agarrarlo por nosotros, podemos ser directos y pedirle si puede tomarlo y dejarlo en la recepción de una forma cordial, sin dar órdenes.

10. No subestimes el poder de parafrasear

Si nos encontramos muy nerviosos en una conversación y no queremos meter la pata, sobre todo cuando recién conocemos a alguien, es posible parafrasear la última cosa que se dijo para seguir con la conversación. También, si acabamos de conocer a la persona, podemos mencionar su nombre cada tanto para retenerlo mejor en la memoria y así evitar que se nos olvide después.

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