11 Ejemplos en los que una persona puede reflejar sus propias inseguridades en los demás
11 Ejemplos en los que una persona puede reflejar sus propias inseguridades en los demás
Aunque no seamos totalmente conscientes de ello, nuestra mente es capaz de protegernos ante situaciones que nos afectan emocionalmente; uno de estos mecanismos de defensa es la proyección psicológica. Lo cierto es que puede ser dañina en nuestras relaciones, ya que por lo general concluye en herir o hacer sentir culpable al otro sin darnos cuenta, y en ocasiones, injustamente.
Genial.guru quiere visibilizar la proyección psicológica en la vida cotidiana con la intención de detectarla a tiempo; así podremos evitar ser víctimas de personas que se manejan de esta manera o, incluso, reconocerla en uno mismo y tratar de cambiar nuestro comportamiento.
La proyección psicológica como mecanismo de defensa
Cuando una persona no puede aceptar ciertos rasgos, cualidades, deseos o impulsos en sí mismo, entonces procede a proyectarlos y atribuirlos al otro. Esto se debe a que se presenta una incomodidad o algún sentimiento de vergüenza propio, generalmente inconsciente, que se evita afrontar. Es así como la persona aborda ese rasgo que se le dificulta, pero sin reconocerlo como suyo.
Una vez entendido, podemos preguntarnos qué es lo que protege el hecho de proyectarnos. Por lo general, la autoestima y el ego. Es decir, se requiere de un ego demasiado sólido para esconder todo tipo de “lado malo u oscuro” que haya en uno mismo. En el fondo, este tipo de personas afirman en su mente que los sentimientos, pensamientos y comportamientos negativos te vuelven inferior, y lo que hacen es ocultarlo.
Las maneras en que las personas pueden proyectarse en la vida cotidiana
Culpan a los demás sin asumir su responsabilidad
Es probablemente la más común. La persona que se proyecta evita reconocer la culpa sobre determinada situación y busca razones para atribuírselas a otro. Por lo general, las situaciones de proyección se basan precisamente en demostrar un “es tu culpa, no mía”.
Encuentran “fallas” en los demás y suelen juzgarlos
Para una persona que comúnmente se proyecta en los demás es mucho más sencillo atacar y presenciar una “mala” conducta en alguien, más que confrontarla desde su propio comportamiento. Así, la manera como un “proyectador” actúa hacia otra persona, puede reflejar cómo se siente en realidad sobre sí misma respecto a una situación en específico.
Intentan ridiculizar a otros
Una persona que acosa lo hace por múltiples inseguridades que puede padecer, así que su técnica será tratar de intimidar a otro para que este sienta las inseguridades que él no es capaz de enfrentar.
Convencen al otro de que su proyección es real
El peor de los escenarios es cuando una persona que ejerce la proyección logra que esta se incorpore a la identidad del sujeto en quien se proyecta. Para Darlene Lancer, especialista en relaciones tóxicas, las personas más propensas a caer son aquellas que presentan cuadros de codependencia, es decir, personas que manifiestan una excesiva preocupación por los demás, y en este caso, por la persona que ejerce la proyección y hace críticas sobre ella.
Los codependientes suelen aceptar o anteponer las necesidades del otro, así que las complacen con la intención de evitar conflictos. De este modo el sujeto que se proyecta hace críticas y juicios sobre un codependiente que, ante esto, va perdiendo autoestima e independencia al punto de sembrar dudas en su mente sobre quién es y cuánto vale. Así, su identidad va desdibujándose hasta que termina por creer todo lo que la otra persona proyectó en ella, y esto es lo que los psicólogos llaman “identificación proyectiva”, es decir, terminan identificándose con lo que el otro proyecta en ellas.
Se juzgan a sí mismas y “están seguras” de que los demás también lo hacen
También es posible que una persona codependiente o con baja autoestima se critique a sí misma dura y constantemente, al punto de sentir que las debilidades que ve en sí misma, los demás también las ven e, incluso, las juzgan; de esta manera, proyecta su inseguridad en los otros.
Transfieren a una persona la percepción que tienen sobre otra
Esta situación surge comúnmente en las relaciones románticas en las que los sentimientos inconscientes que el “proyectador” siente hacia el padre, o la madre, se transfieren a la pareja, y esta, a su vez, los asume como suyos; es decir, la persona en quien se proyectan toma el papel que el “proyectador” sintió por una persona importante en su vida y cuya situación le fue imposible dominar. Signos de este tipo de proyección son:
- Tener la misma pelea una y otra vez
- Sentirse molesto con la pareja sin saber por qué
- Confusión acerca de la reacción de la pareja ante una situación
Cómo saber si eres un proyectador
Si te identificaste con alguna de las situaciones, es probable que estés en una relación en la que existe proyección psicológica. La proyección afecta el autoconocimiento y el autoreconocimiento, por lo que una persona que no es capaz de reconocer y aceptar sus debilidades, fácilmente puede verse proyectándolas en los demás.
Por tanto, es necesario adquirir consciencia de nosotros mismos, nuestros pensamientos, acciones, emociones, reacciones, etc. Cuestionarte siempre es el primer paso para saber si es posible que hayas ejercido algún tipo de proyección inconsciente en los demás.
Cómo saber si estás ante un proyectador
Si, por el contrario, te identificaste como objeto de proyección de alguien, es importante que sepas que hay ciertos signos que te ayudarán a detectar si te enfrentas a una persona que se proyecta en ti, como:
- Sus juicios son exagerados o no cuadran con la situación
- Tiene una reacción fuerte que no es usual frente a algo que dices sobre ella
- No parece haber una explicación razonable para su reacción
- Redirige la conversación hacia ti u otra persona
Cómo responder ante un proyectador
En caso de tener que tomar acciones frente a un sujeto que se proyecta, lo ideal es responder claramente sin entrar en conflictos mayores. Se puede responder con un “no estoy de acuerdo”, o incluso retirarse de la conversación cuando el sujeto no detiene el conflicto pese a que no sigues su juego. Lo importante es impedir que internalices esas críticas o culpas injustas hacia tu persona, preparándote con la idea de que no es personal, de que, literalmente, “no eres tú, es él o ella”.
Luego de la discusión y con “las cabezas frías” puedes intentar hablar sobre sus acciones, pero sin ponerte como objetivo el hacer que cambie, no es tu obligación, y este tipo de personas por lo general requieren ayuda psicológica para conseguir una transformación.
Qué hacer si eres un proyectador
Si crees que eres tú quien se está proyectando, lo aconsejable es alejarse del problema y luego de ello calmarse para establecer la situación de manera objetiva, en cuatro pasos:
- Describir la situación sucedida sin utilizar adjetivos o palabras que expresen emociones de ningún tipo.
- Describir tu papel en la situación. “¿Qué pude haber hecho a propósito o sin querer que desencadenara la reacción de la otra persona?”, “¿Qué significa para mí si lo que se ha dicho sobre mí es cierto?”.
- Describir el papel de la otra persona en la situación evitando los adjetivos. “¿Qué historias estoy contando sobre el comportamiento de la otra persona?”, “¿Hay evidencia de que estoy en lo cierto?”. Si es así, “¿cómo me afecta?”.
- ¿Reconoces si estás haciendo algún tipo de proyección?
Cabe mencionar el punto más importante: para ambas situaciones la mejor opción siempre será consultar con especialistas en terapia.