11 Formas de descubrir el carácter débil de una persona, nada más al conocerla
11 Formas de descubrir el carácter débil de una persona, nada más al conocerla
Cuando alguien dice que “¡Esta persona tiene mucho carácter!”, nos preparamos de antemano para el hecho de que no será fácil tratar con este nuevo conocido. Pero si los puntos afilados son visibles de inmediato, las personas disimulan y esconden sus debilidades. Sin embargo, muchos años de experiencia psicológica han hecho posible llegar a una conclusión, prestando la oportuna atención, sobre la madurez de una persona basándose en su comportamiento.
Los científicos de un instituto que estudia el carácter (The VIA Institute on Character) durante muchos años han investigado la personalidad humana. Están convencidos de que no existen características buenas ni malas, pero sí fuertes y débiles. Las fuertes contribuyen a nuestro crecimiento, mientras que las débiles lo disminuyen y nos hacen infelices. Genial.guru reflexionó sobre este tema y, tras analizar la experiencia de los psicólogos populares, preparó unas ilustraciones acerca de la vida.
1. Imita a un ídolo
Para los niños y los adolescentes, la imitación es una manera normal de socialización. Definiendo su actitud hacia el mundo que los rodea, ellos, más que nadie, necesitan de un modelo a seguir. Con la edad, una personalidad sana y fortalecida deja de copiar y termina por encontrarse a sí misma. Si una persona adulta sigue buscando ídolos, entonces su carácter aún no se ha formado. Los casos de fanatismo y el reemplazo completo de su propia identidad se denomina “síndrome de imitación de celebridades”, el cual afecta, aproximadamente, al 15 % del número total de personas que habitan en nuestro planeta.
2. Incapacidad de enfrentarse a las dificultades cara a cara
Todos conocemos lo que significa sentir vergüenza y timidez, especialmente en momentos importantes y cruciales de nuestra vida. Pero algunas personas, al enfrentarse a pequeñas dificultades o por encontrarse en una situación incómoda, esconden sus cabezas en la arena. Incluso instintivamente suben los hombros, metiendo el cuello hacia adentro. El psicólogo Bill Knaus lo denominó síndrome de la trampa del avestruz, que inunda de miedo e inseguridad a la persona, impidiéndole cumplir sus sueños y avanzar hacia sus objetivos.
3. Fijación en uno mismo
Las personas suelen poner en los marcos las fotos de sus seres queridos, mascotas o, simplemente, momentos agradables de sus vidas. Pero si uno llena su hogar con sus propias fotografías y se mira en el espejo durante demasiado tiempo o revisa, en cada momento libre, la cantidad de “Me gusta” recibidos en las redes sociales, lo más probable es que delante de ti tengas a un tipo con un trastorno histriónico (demostrativo) de personalidad. Se caracteriza por la auto-admiración, la insaciable sed de captar la atención de los demás y la necesidad de que lo adoren. La principal debilidad de estas personas es que son muy fáciles de manipular, jugando con su sensación de sentirse importante.
4. Miedo a llamar la atención
La modestia es una cualidad buena y útil, siempre que no impida que una persona siga siendo ella misma y se autorrealice. La psicóloga Barbara Markway cree que la timidez excesiva, a menudo, se confunde con la introversión. Sin embargo, los introvertidos, que prefieren la soledad, no evitan la comunicación, simplemente, la eligen con más cuidado, mientras que las personas tímidas sufren de baja autoestima, temen ser rechazadas y restringen sus deseos reales.
5. Critica los logros de otras personas a sus espaldas
El profesor de psicología clínica Robert L. Leahy identifica 3 tipos de envidia: depresiva, positiva y hostil. La depresiva disminuye nuestra autoestima y nos hace sentirnos fracasados, la positiva nos motiva a ser mejores, mientras que la hostil provoca enojo y juicios de valor hacia los demás. Y si los dos primeros tipos suelen tener un efecto temporal e incluso pueden afectar positivamente a una persona, el tercero forma parte del carácter y de una actitud hacia la vida. En vez de mejorar, una persona comienza a criticar y humillar a la otra que logró resultados con el objeto de aparentar mejor al hacer la comparación entre ambas.
6. Incapacidad de insistir en lo que le interesa
Es más fácil asentir que discutir. Este es un buen rasgo del carácter, inherente en las personas flexibles que saben evitar conflictos. Pero solo si no interfiere a sus propios intereses. Un individuo fuerte protege su espacio personal y respeta el de alguien más, mientras que uno débil cede fácilmente a la presión y también invade sin tacto el espacio del resto que lo rodea.
Si te resulta difícil decir “no”, entonces, la psicoterapeuta Diane Barth recomienda comenzar poco a poco: en vez de negarse, aprende a hablar con rotundidad sobre lo que deseas. Por ejemplo, si te ofrecen café, puedes decir: “Gracias, pero preferiría un vaso de agua”.
7. Exagera y se hace daño a sí mismo
La autoagresión, o comportamiento autodestructivo, es un mecanismo de defensa muy perjudicial. A menudo, se ven afectados por esto niños que han experimentado momentos difíciles, aunque a veces los adultos también se quedan atrapados en este estado: comienzan a exagerar ante la menor dificultad, se culpan por los errores, etc. Por cierto, la autohumillación, el daño físico autoinfligido, el entusiasmo excesivo por sensaciones peligrosas como los deportes extremos, incluso unos simples golpecitos con los dedos en la nariz, son también los resultados del funcionamiento de este mecanismo.
8. Teme expresar emociones
Para mostrar abiertamente tus emociones, necesitas tener suficiente fuerza mental. No hay nada de vergonzoso en llorar, por ejemplo, si esto no se hace de forma artificial. No en vano, en nuestra cultura se ha convertido en una costumbre ocultar los sentimientos, dado que esto es un síntoma de buena educación y moderación. Pero esconderse bajo una máscara constantemente significa tener miedo a que te juzguen, por lo que uno acaba aislado del mundo exterior.
9. Renuencia a pedir ayuda
En situaciones difíciles, a veces es más inteligente buscar apoyo en los amigos y compañeros con más experiencia, conocimientos y formación. Pero para algunas personas, pedir ayuda significa reconocer su debilidad, la cual ocultan diligentemente. Además, establecer la comunicación también es una tarea, por lo que las personas inseguras en sí mismas tratan de evitar el trabajo en equipo. Gretchen Rubin, autora del exitoso libro Objetivo: felicidad, considera que la capacidad de pedir ayuda es el principal secreto de la madurez.
10. Busca excusas lógicas a sus acciones
La racionalización nos ayuda a encontrar causas razonables a la aparición de una situación negativa y hacer frente así a las emociones. De este modo, calmamos nuestros sentimientos con la mente para no experimentar dolor, miedo o arrepentimiento. Pero, por otro lado, nos engañamos a nosotros mismos y en vez de abordar el problema, nos convencemos de que somos lo suficientemente buenos y alguien más tiene la culpa. Es mucho más fácil encontrar una explicación supuestamente lógica para todo en vez de mirar analizar nuestro interior.
11. Cambio frecuente de posturas buscando un punto de apoyo
El especialista en descubrir mentiras, Paul Ekman, escribe que si durante una conversación, el interlocutor muestra una amplia gama de posturas sin motivo alguno, esto revela inmadurez general de su personalidad. Un cambio frecuente del pie de apoyo y posiciones de los pies muestra una falta de firmeza en el carácter, baja autodisciplina y poca fiabilidad.
Ninguno de nosotros es perfecto, así que si te viste a ti mismo en uno de los personajes de nuestras ilustraciones, esto es una gran noticia. Primero, eres capaz de evaluarte a ti mismo y tus deficiencias con sinceridad, y en segunda instancia, estás dispuesto a mejorar. ¿Verdad?