7 Pequeños hábitos que destruyen tu vida todos los días

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7 Pequeños hábitos que destruyen tu vida todos los días

Se cree que la felicidad es un concepto relativo, ya que cada uno tiene el suyo propio. Pero los psicólogos y los neurocientíficos no creen que sea así. Saben exactamente qué cosas nos hacen disfrutar de la vida y cuáles tienen el efecto contrario. Muchas veces nos sentimos mal por situaciones que son bastante comunes y por pequeños rituales diarios a los que ni siquiera les prestamos atención.

Genial.guru averiguó qué debemos evitar para ser felices, y creó una lista de cosas dañinas que hay que dejar de hacer tan pronto como sea posible.

1. Estamos sentados todo el tiempo

Con el advenimiento de las computadoras y el desarrollo de Internet, el trabajo sedentario se está convirtiendo cada vez más en algo habitual. Por la noche, nos trasladamos a un automóvil o a un transporte público, y en casa volvemos a sentarnos: vemos programas de televisión o películas, o chateamos con amigos.

Pero sin movimiento, el nivel de endorfinas y de otras hormonas responsables de la felicidad disminuye. Caminar diariamente durante media hora o hacer dos entrenamientos por semana te volverá más vigoroso y feliz con la vida, sin importar qué tipo de problemas ocurran en ella.

2. Evitamos el apego profundo

Estudios independientes realizados por científicos de diferentes países demostraron que las personas con vínculos fuertes viven más tiempo y sufren menos. A la vez, algunos de los participantes de las investigaciones estaban lejos de ser ricos.

El amor fuerte, y no el dinero o el estatus social, es lo que nos da un sentimiento estable de felicidad. Si tienes suficiente riqueza y vives muchas emociones, pero aun así no sientes que recibes suficiente placer en la vida, piensa: tal vez, una relación profunda sea exactamente lo que te está haciendo falta.

 

3. Pasamos todo el día en interiores

Casi todos entienden que el modo “Hogar-trabajo-hogar” no contribuye a la felicidad. Pero resulta que el cine, los clubes, los restaurantes y otros lugares en donde nos quedamos dentro de cuatro paredes son de muy poca ayuda para disfrutar de la vida.

En cambio, las escapadas a la naturaleza, especialmente a los lugares desconocidos, realmente nos hacen más felices, aumentan la autoestima e incluso mejoran las habilidades de comunicación con los demás. Los psicólogos lo llaman “Terapia de la aventura”, y no importa en absoluto si vas a otro país o a un pueblo vecino en donde nunca haya estado, ¡funciona de igual manera!

 

4. No nos involucramos en lo que está sucediendo

Solo disfrutamos de una atención activa cuando estamos realmente involucrados en algo. Es importante no solo lo que hacemos, sino también cómo lo hacemos. Por ejemplo, imaginemos a dos mujeres. Una está enojada porque tiene que hacer la limpieza: le gustaría estar en un café o teniendo una cita, pero nadie la ha invitado a una. La otra está lavando los platos tranquilamente, mira con placer una taza nueva y está bastante contenta de haber tenido tiempo de poner la casa en orden.

En el primer caso, después de haber realizado esa acción sencilla, la mujer se sentirá emocionalmente exprimida. En el segundo, recibirá emociones agradables y se relajará. La capacidad de estar completamente presente en el momento y no distraerse con recuerdos, arrepentimientos o temores sobre el futuro es lo que hace que la vida sea más interesante y significativa.

 

5. Consumimos en vez de crear

Ninguna clase de atención, por más activa que sea, será suficiente para que seamos felices. Para que la vida tenga sentido, no solo debemos aprovecharla, sino también contribuir a ella. Hacerlo nos da placer y nos ayuda a sentir nuestra importancia.

¡Una buena noticia! Incluso las acciones más pequeñas que realizamos por nuestra propia motivación aumentan el estado de ánimo inmediatamente. Comprarle un regalo a alguien, escribir una nota, pintar la pared… Todas estas cosas simples nos devuelven la estabilidad y nos dan la sensación de que no vivimos en vano.

6. Nos aislamos de los demás

En la era del individualismo, pertenecer a un grupo sigue siendo una cualidad humana muy importante. No es suficiente para nosotros tener amigos o una familia amorosa. Para una felicidad completa, necesitamos sentirnos conectados con algo más que nosotros mismos.

Según diversas investigaciones, eso ayuda a curarse más rápido, reduce los niveles de estrés y da una sensación de confianza. Al mismo tiempo, no importa realmente con qué clase de grupo te relaciones: puedes asistir a reuniones religiosas, pertenecer a un club de fútbol o a un grupo de jugadores de videojuegos y sentirte igualmente satisfecho. Lo principal es que te sientas en tu lugar.

7. No hacemos cosas creativas

No necesitamos actividades creativas para ganar dinero o llegar a la fama, sino por salud. Está comprobado que cualquier proceso de este tipo reduce el estrés, mejora el estado de ánimo y ayuda a salir más rápido de la depresión.

Hay que acostumbrarse a la idea de que las actividades creativas no incluyen solo cantar o dibujar, sino también cualquier cosa en la que encuentres tu propio enfoque único. Plantar flores, elegir el color de las paredes y hacer la limpieza: todo esto se pueden abordar como algo poco rutinario si se involucra la imaginación.

La felicidad no es una meta que hay que alcanzar. Se compone de pequeñas cosas diarias, lo que significa que podemos crearla casi en cualquier momento. ¿Qué hay de ti? ¿Tienes hábitos de los que no puedes deshacerte y que te impiden tener una vida plena?

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