9 Preguntas sobre salud infantil que ponen de los nervios a los padres

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9 Preguntas sobre salud infantil que ponen de los nervios a los padres

Hoy en día, la crianza de los hijos no resulta para nada fácil. Desde las pantallas de los televisores y gracias a Internet, los padres primerizos reciben una cantidad de información alarmante, la cual acaba desencadenando todo un mundo de confusiones. Ademas, hay que sumar a esto los consejos de aquellos que los rodean: amigas y ancianas que, sentadas en un parque y en cuestión de minutos, realizan todo tipo de diagnósticos sobre tu hijo. Bueno, ¿cómo no entrar en pánico si tu pequeño ya tiene dos años y todavía no construye frases completas? ¿Cómo mantener la sangre fría cuando tu hijo, repentinamente, rechaza la carne o la leche?

Genial.guru recopiló una serie de preguntas que atormentan a los padres y encontró respuestas con base científica.

1. ¿Los niños se muerden las uñas porque están nerviosos?

“Hábito nervioso”: así definen los psicólogos el hecho de morderse las uñas. Y añaden que los niños, a menudo, mantendrán este hábito alcanzada ya la edad adulta. Sin embargo, los médicos modernos corren a tranquilizar a los padres: morderse las uñas no guarda relación con enfermedades mentales.

Este hábito puede producrise en un niño absolutamente tranquilo por simple aburrimiento. Aunque también puede indicar un trastorno de ansiedad, déficit de atención y otros problemas derivados. Aproximadamente la mitad de los adolescentes, al menos de vez en cuando, se muerde las uñas. Y las chicas lo hacen con más frecuencia que el género masculino.

¿Cuándo debe saltar la alarma? La cuestión es que ni los propios médicos aún han descubierto dónde se encuentra la línea roja que divide lo normal de lo anormal. Obviamente, si el hábito provoca lesiones, por ejemplo, en las yemas de los dedos, entonces el problema no puede ignorarse bajo ningún concepto.

2. ¿La incontinencia urinaria nocturna es una enfermedad?

La incontinencia urinaria nocturna es uno de los problemas más comunes para los niños en edad preescolar de todo el mundo. Por ejemplo, en EE.UU., de 5 a 7 millones de niños se hacen pis en la cama. Por eso, sus padres buscan desesperadamente encontrar una salida a tal situación.

Los pediatras modernos están convencidos de que la enuresis nocturna no es un problema. Al menos, hasta los siete años. No es una enfermedad, sino un trastorno causado por un retraso en los procesos fisiológicos (vejiga pequeña, incapacidad de los impulsos para pasar de la vejiga al cerebro y similares). La mayoría de los niños superan la incontinencia urinaria, pero no en vano otros necesitan de ayuda médica.

¿Cuándo debe saltar la alarma? El pequeño se orina en la cama al superar la barrera de los siete años. Comenzó a mojar las sábanas después de varios meses o años de un “período seco”. Mojar la cama viene acompañado de sensación de dolor, sed, decoloración de la orina o ronquidos.

3. ¿Por qué el niño llora cuando le lavan el pelo?

¿Bañar a un niño parece un ritual relacionado con el exorcismo? Los padres, a menudo, se enfrentan a rabietas cuando lavan el pelo a sus hijos. Quizás, este comportamiento pueda ser considerado una norma debido a su edad. ¿Pero has pensado por qué?

Además de los miedos comunes de los niños (“Me voy a ahogar”, “Me iré por el desagüe”), existen un par de razones más. Una elevada sensibilidad del sistema vestibular: el niño comienza a llorar histéricamente cuando inclinas su cabeza hacia atrás. Pierde el equilibrio y entra en pánico. Mayor sensibilidad táctil: algunos roces generan repugnancia en el pequeño. Algo parecido a un estremecimiento por el sonido del poliestireno cuando este se mueve por el vidrio.

¿Cuándo debe saltar la alarma? Es uno de los pocos casos en los que no debes preocuparte. Por lo general, el miedo se acaba yendo solo.

4. El niño rechaza la carne. ¿Eso es perjudicial para su salud?

Los niños rechazan la carne por varias razones: una consistencia desagradable y dificultad a la hora de masticar (cuando hay pocos dientes, no resulta sencillo morderla). En algunos pequeños, la intolerancia es tan fuerte que provoca incluso ganas de vomitar.

Los pediatras aconsejan que no se caiga en la desesperación. Sí, la carne contiene vitaminas y aminoácidos esenciales, pero si no la consume durante un tiempo, no le sucederá nada terrible. No menos cierto es que los padres tendrán que trabajar duro y elaborar un menú que compense ese posible déficit de proteínas, hierro y vitamina B12.

No en vano, no puedes dejar la situación desatendida. Prueba diferentes opciones a la hora de preparar platillos de carne, combínalos con hortalizas, ofrece distintos tipos de carne (por ejemplo, pequeñas hamburguesas y albondigas suelen gustar a los niños).

¿Cuándo debe saltar la alarma? El rechazo de la carne y una dieta desequilibrada pueden conducir a un retraso en el crecimiento del niño y causar anemia. Recomendamos consultar a un médico para elaborar una dieta adecuada.

5. El niño no toma leche. ¿Sus huesos se volverán frágiles?

Los médicos modernos no observan tragedia alguna si se rechaza la leche. Y lo refuerzan con una estadística interesante: en los países donde no se consumen productos lácteos, el porcentaje de osteoporosis (disminución de la densidad ósea) no es superior a aquellas zonas donde la leche se considera un producto de vital importancia.

Esto no significa que la leche deba ser excluida de la dieta, al final no deja de ser la fuente más accesible al calcio y la vitamina D. Pero no debe ponerse la atención exclusivamente en ella. Los pediatras recomiendan entre 200 y 400 ml de leche por día, pero puede ser reemplazada. El queso, el requesón, el yogur e incluso el pescado, el brócoli y las legumbres ayudarán a que el niño reciba estos nutrientes.

¿Cuándo debe saltar la alarma? Si un niño sufre de dolor de estómago después de tomar leche, comienza a vomitar o aparecen diarreas. Tales síntomas pueden revelar una intolerancia a la lactosa.

6. ¿Chuparse el pulgar estropea la mordida?

Entonces, tu pequeño se chupa un dedo. ¿Es un mal hábito o algo típico de su edad? Nuestras abuelas afirmarían con rotundidad lo primero, pero los investigadores modernos argumentan que esto no es tan malo. Los niños pequeños comienzan a chuparse los dedos todavía en el útero, ya que eso los calma.

Médicos de Nueva Zelanda afirman que los niños que se chupan un dedo son menos susceptibles a enfermedades alérgicas. Una gran cantidad de bacterias viven en los dedos del pequeño, y no todas son inofensivas, pero el contacto constante con microorganismos entrena al sistema inmunológico. Los dentistas estadounidenses no observan nada malo en este hábito: chupar no puede estropear la mordedura hasta que en el niño aparezcan los dientes permanentes.

¿Cuándo debe saltar la alarma? Los padres deben preocuparse si el niño se chupa un dedo después de cumplir entre dos y cuatro años o si el hábito regresa tras haberlo abandonado un tiempo. Tal vez, el niño esté abrumado por determinadas emociones a las que no puede hacer frente.

7. El niño no logra hablar bien. ¿Supone un retraso en su desarrollo?

Estudios recientes han demostrado que el desarrollo del habla de un niño depende de su temperamento. Aproximadamente el 15 % de los niños, en una edad comprendida entre uno y dos años, simplemente son tímidos. No pueden expresar sus necesidades con palabras debido a las peculiaridades de su carácter. Mientras que los niños sociables, por el contrario, comienzan a hablar un poco antes.

¿Cuándo debe saltar la alarma? Diferentes países albergan distintas normas en cuanto al desarrollo del habla. Por ejemplo, los pediatras rusos afirman que a los dos años un niño debe construir frases cortas. Los médicos de EE.UU. tratan estos temas con más delicadeza: el niño debe pronunciar frases con una edad cercana a los tres años.

En cualquier caso, diagnosticar un retraso en el desarrollo del habla solo compete a un médico cualificado y nunca a una abuelita curiosa en un parque.

8. El niño enferma con frecuencia. ¿Eso significa que tiene un sistema inmunológico débil?

Un niño que asiste al kínder puede enfermar de 8 a 10 ocasiones (a veces más) por año. Esto también se aplica a los niños que tienen hermanos mayores: estos transportan los diferentes virus desde la escuela. Si la congestión nasal y la tos duran menos de dos semanas y en los intervalos entre resfriados comunes el niño se ve alegre y con vitalidad, lo más probable es que no haya motivo alguno para la preocupación.

¿Cuándo debe saltar la alarma? Las enfermedades terminan de manera regular con complicaciones bacterianas (sinusitis, otitis media purulenta). La misma enfermedad persigue al niño: una tos que no es pasajera, dolores de garganta… Esta es una buena razón para ponerse en manos de un inmunólogo.

9. El niño sigue usando pañales al cumplir los 3 años. ¿Soy una mala madre?

La operación “quitar el pañal para siempre” es probablemente uno de los temas más espinosos para los padres. Ciertamente, un niño sabe utilizar un orinal ya al cumplir un año y medio, mientras que otros continúan fracasando pese a tener ya 3-4 años. ¿Qué nos dicen sobre esto los médicos?

La mayoría de los pediatras occidentales no se oponen al uso de pañales hasta cumplir los tres años. Y por la noche aceptan su uso hasta cumplir los 5. Aunque las recomendaciones de los médicos de distintos países difieren, dependiendo de las peculiaridades culturales: cuanto más desarrollada es la economía de un país, más tiempo los niños usan pañales. Y viceversa.

Los pañales albergan una desventaja notoria: afectan cuando se aprende a caminar. Los pañales influyen en el equilibrio de los pequeños que recién comienzan a andar. Por supuesto, si el bebé se cae, no sucederá nada terrible, pero las habilidades motoras de los niños con pañales se desarrollarán un poco más tarde.

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