Qué sucede si dejas una cebolla en tu calcetín por una noche
Qué sucede si dejas una cebolla en tu calcetín por una noche
El viernes a la noche, después del trabajo, decides pasar el fin de semana en la casa de tu abuela. Ella te prepara una deliciosa cena y escucha todas tus historias. Mencionas que el aire acondicionado de la oficina debe haberte dado un pequeño resfriado, ya que tosiste un par de veces. Tu abuela no dice nada, simplemente asiente y sonríe, como si tramara algo. Te vas a la cama y duermes como un bebé. ¡A la mañana siguiente, despiertas con cebollas en los calcetines y una pelota de tenis pegada a la espalda! ¡Abueeela! ¿Qué fue lo que hiciste?
La abuela te trae waffles recién preparados para el desayuno y te explica que cortó y colocó cebollas en tus calcetines para ayudarte con el resfriado. Las cebollas son famosas por su olor insoportable. El culpable es el azufre. Cuando las dejas cerca de tus pies, los compuestos de azufre entran directamente a tu cuerpo, lo que ayuda a combatir las bacterias y a alejar las toxinas.
La abuela explica que se trata de un viejo remedio tradicional que fue transmitido de generación en generación y que se remonta al siglo XVI. En aquel entonces, las personas creían que dejar cebollas cortadas por toda la casa funcionaba como protección contra enfermedades. Aún no sabían de la existencia de los gérmenes, así que creían que las infecciones estaban en el aire. Si bien esto fue reemplazado por la teoría de las bacterias años después, el remedio de la cebolla persistió.
Otra explicación para esta tradición involucra la reflexología podal china. Según sus enseñanzas, los nervios de tus pies tienen acceso a diferentes órganos. Los puntos de acceso se conocen como meridianos, y tus pies tienen unos 7000. Los dedos de los pies están conectados con tu cabeza y cuello. La parte interna de los pies conduce a la columna, y la zona debajo de los dedos está asociada a los pulmones. Según la reflexología china, cortar cebollas rojas o blancas y meterlas en tus calcetines durante la noche estimula los puntos correctos de tus pies. Se supone que, a la mañana siguiente, despertarás sintiéndote mucho mejor.
Todo eso te trae dudas, así que investigas un poco en Internet. Al parecer, no hay pruebas de que el remedio de cebollas no funcione, pero debe ser un efecto placebo. Las cebollas son un poco ácidas; cuando las frotas contra algo, tendrán un cierto efecto antibacteriano, aunque mucho más débil que el de los antibióticos químicos, claro. Una cebolla en tus pies no puede absorber un virus ni ayudarte a deshacerte de las toxinas.
Las cebollas te harán un bien más grande si las comes en lugar de llenar tus calcetines con ellas. Son bajas en calorías y ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes. Y si realmente crees en esa práctica de las cebollas en los calcetines, tampoco te lastimará. Hasta podría ayudarte.
Muy bien, ya entiendes la parte de las cebollas. ¿Pero qué fue eso de la pelota de tenis en la espalda? La abuela te explica que estabas roncando tan fuerte que ella no podía dormir. Así que decidió usar otro remedio que pasó la prueba del tiempo. Sabe que eres más propenso a roncar cuando duermes bocarriba, así que debía evitar que lo hicieras. Te despertó un segundo y pegó una pelota de tenis en la espalda de tu pijama.